REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

PODER JUDICIAL

Juzgado Cuarto de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil, Agrario y de Transito de la Circunscripción Judicial del Estado Anzoátegui
Barcelona, veintiseis de noviembre de dos mil diez
200º y 151º

ASUNTO: BP02-V-2007-001716


Luego de una revisión pormenorizada a las actas que conforman el presente expediente, se observa que este Juzgado dio por recibida la presente demanda por DAÑOS Y PERJUICIOS, presentada por el abogado en ejercicio OSWALDO ANTONIO CELTA TORRES, inscrito en el Inpreabogado bajo el No. 41.533, en su condición de apoderado judicial de los ciudadanos FELIPE CEDEÑO, JOAN REINA, CARLOS GONZALEZ, JUAN MONASTERIOS, RAFAEL GUEVARA, CARLOS RINCONES, JULIO RINCONES, RAIMUNDO BASTARDO, JOSE ARROYO, ALI DELGADO Y OSEALDO ALLEN, venezolanos, mayores de edad, titulares de la Cédulas de Identidad Nros. 4.043.305, 11.411.840, 8.335.731, 8.326.638, 3.802.717, 8.323.060, 4.499.520, 3.956.304, 5.513.648, 5.583.702 y 5.197.926, respectivamente, contra de la Empresa ASSA ORIENTE y Empresa General MOTORS DE VENEZUELA, C.A, admitiéndose la misma en fecha cuatro (04) de diciembre de 2.007, este tribunal, a los fines de proveer sobre lo solicitado, en fecha 12 de febrero del 2008, por auto separado ordenó la apertura del cuaderno de medidas y a los fines de decretar medida Preventiva de embargo solicitada; el Tribunal, solicito caución real o fianza bancaria o de empresa aseguradora, la cual no fue consignada.-
En fecha seis (6) de marzo de 2.008, el ciudadano alguacil de este Juzgado consigno recibo con su respectiva compulsa debido a que se trasladó a la avenida Bolívar, sede de la empresa ASSA ORIENTE, ubicado en la ciudad de Puerto La Cruz del Estado Anzoátegui el día veintinueve (29) de febrero de 2.008, a ser efectiva la citación de la referida empresa en la persona del ciudadano CARLOS ALVIARE, el cual se le hizo imposible localizar.-
Por auto de fecha veintiséis (26) de marzo de 2.008, previa solicitud de la parte demandante, se acordó la citación al Representante Legal de la empresa ASSA ORIENTE, mediante Carteles de conformidad con lo establecido en el articulo 223 del Código de Procedimiento Civil, librándose en esta misma fecha el respectivo cartel.- En fecha catorce (14) de abril de 2.008, el abogado ALFREDO CABRERA, apoderado judicial de la parte demandante consigno carteles de citación.- Posteriormente, en fecha tres (03) de julio de 2.008, la secretaria de este Juzgado, deja constancia que se cumplieron con todas las formalidades de lo establecido en el articulo 223 del Código de Procedimiento Civil.- En fecha primero (01) de agosto de 2.008, el abogado OSWALDO CELTA, apoderado judicial de la parte actora, consignó resultas de comisión librada a los efectos de la citación de la empresa GENERAL MOTORS DE VENEZUELA, C.A.- Por auto de fecha siete (07) de agosto de 2.008, se ordenó librar nuevamente cartel de citación a la empresa ASSA ORIENTE, S.A, por no haber cumplido con el intervalo establecido en el articulo 223 del Código de Procedimiento Civil, dejando sin efecto las publicaciones anteriores, librándose en esta misma fecha el respectivo cartel.- En fecha catorce (14) de octubre de 2.008, se designó como defensora judicial de la parte co-demandada Empresa General MOTORS DE VENEZUELA, C.A., a la abogada MARIA EMILIA GUERRA, librándole la respectiva boleta de notificación en esta misma fecha.- En fecha nueve de marzo de 2.009, el abogado ALFREDO CABRERA, apoderado judicial de la parte demandante consigno carteles de notificación publicados en los diarios El Norte y El Tiempo.- En fecha dieciséis (16) de septiembre de 2.009, se avoco la Juez de este Juzgado Abogada Adamay Payares Romero, al conocimiento de la presente causa.- En fecha primero (01) de octubre de 2.009, la secretaria de este juzgado dejó constancia que se cumplieron con todas las formalidades establecidas en el articulo 223 del Código de Procedimiento Civil.- Por auto de fecha once (11) de noviembre de 2.009, se designo como defensora judicial de la empresa ASSA ORIENTE, S.A., a la abogada LUZ SANCHEZ ACOSTA, librándole la respectiva boleta de notificación en esta misma fecha.- En fecha dos (02) de febrero de 2.010, el alguacil Titular de este Tribunal Consigno Boleta de Notificación, por cuanto le fue imposible localizar personalmente a la ciudadana LUZ SANCHEZ ACOSTA, venezolana, mayor de edad, abogada en ejercicio, inscrita en el Inpreabogado bajo el No. 113.612, Defensora Judicial en la presente causa.- Por auto de fecha ocho (08) de febrero de 2.010, previa solicitud del Abogado ALFREDO RAFAEL CABRERA, el Tribunal, designo al abogado EDUARDO ALVAREZ, inscrito en el inpreabogado bajo el No. 109.578, Defensor Judicial de la co-demandada Sociedad Mercantil ASSA ORIENTE, S.A., librándose la respectiva boleta de notificación en esta misma fecha.- En fecha once (11) de febrero de 2.010, el alguacil Titular de este Tribunal Consigno Boleta de Notificación, debidamente firmada por el abogado EDUARDO ALVAREZ, identificado en autos.- En fecha veinticuatro (24) de febrero de 2.010, se ordenó la citación del Defensor Ad-litem designado en la presente causa, Abogado EDUARDO ALVAREZ, identificado en autos.- En fecha dieciséis (16) de marzo de 2.010, se libró la respectiva compulsa al Defensor Ad-litem designado en la presente causa, Abogado EDUARDO ALVAREZ, identificado en autos.- En fecha veintidós (22) de marzo de 2.010, el Alguacil de este Tribunal consigno Boleta de Notificación debidamente firmada por el Abogado EDUARDO ALVAREZ, inscrito en el Inpreabogado bajo el No. 109.578, en su condición de Defensor Judicial de la co- demandada Sociedad Mercantil ASSA ORIENTE, S.A.- Por auto de fecha veinte (20) de abril de 2.010, se repuso la presente causa, al estado de su citación.- En fecha dieciocho (18) de mayo de 2.010, se acordó citar a la parte demandada Empresa ASSA ORIENTE, Puerto La Cruz del Estado Anzoátegui y Empresa General MOTORS DE VENEZUELA, C.A., en la persona de sus representantes Legales.- En fecha siete (07) de junio de 2.010, se ordenó comisionar al Juzgado de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y Bancario de la Circunscripción Judicial del Estado Carabobo, librándose el respectivo oficio en esta misma fecha.- En fecha trece (13) de julio de 2.010, el Alguacil de este Juzgado consignó recibo con su respectiva compulsa, por cuanto le fue imposible localizar personalmente a alguno de sus representantes.-

Ahora bien, los artículos 267 y 269 del Código de Procedimiento Civil, establecen lo siguiente:

“Artículo 267.- Toda instancia se extingue por el transcurso de un (1) mes sin haberse ejecutado ningún acto de procedimiento por las partes. La inactividad del Juez después de vista la causa, no producirá perención.
También se extingue la instancia:
1°) Cuando transcurrido treinta días a contar desde la fecha de admisión de la demanda, el demandante no hubiese cumplido con las obligaciones que le impone la ley para que sea practicada la citación del demandado.
2°) Cuando transcurrido treinta días a contar desde la fecha de la reforma de la demanda, hecha antes de la citación, el demandante no hubiere cumplido con las obligaciones que le impone la ley para que sea practicada la citación del demandado.
3°) Cuando dentro del término de seis meses contados desde la suspensión del proceso por la muerte de alguno de los litigantes o por haber perdido el carácter con que obraba, los interesados no hubieren gestionado la continuación de la causa, ni dado cumplimiento a las obligaciones que la ley les impone para proseguirla.
Artículo 269: La Perención se verificara de derecho y no es renunciable por las partes. Puede declararse de oficio por el Tribunal y la sentencia que la declare, en cualquiera de los casos del artículo 267, es apelable libremente.”

A partir de los dispositivos anteriormente transcritos, puede deducirse que la figura procesal de la perención encuentra justificación, por una parte, en el interés del Estado de impedir que los juicios se prolonguen indefinidamente y de garantizar que se cumpla la finalidad de la función jurisdiccional, la cual radica en administrar Justicia; y por la otra, en la presunción de abandono del procedimiento de la parte sobre quien recae la carga de dar el impulso procesal necesario, vista su inactividad durante el plazo de un (1) mes establecido por la ley, lo cual comporta la extinción del proceso.

Ahora bien, de la relación de actos procesales presentada en el capítulo que antecede, se desprende que desde el tres (03) de agosto de 2.010, fecha en que consta el último acto de procedimiento en la presente causa, ha transcurrido más de un (01) mes sin que la parte actora hubiere ejecutado algún acto tendente a la prosecución de la misma.

En este sentido, tanto la doctrina como la reiterada jurisprudencia del Tribunal Supremo de Justicia han concordado en establecer que no todo acto de procedimiento realizado por las partes impide la consumación de la perención de la instancia, sino sólo aquél que contenga implícita la intención de impulsar el proceso.

A este respecto, resulta conveniente fijar el concepto de perención y la manera de interrumpir la misma, a la luz de lo que recoge Ricardo Henríquez La Roche, en el Tomo II de su obra “Código de Procedimiento Civil”:

“1.Un proceso puede extinguirse anormalmente, no por actos, sino por omisión de las partes. Perención (de perimire, destruir) de la instancia es la extinción del proceso que se produce por su paralización durante un año, en el que no se realiza acto de impulso procesal alguno. La perención es el correctivo legal a la crisis de actividad que supone la detención prolongada del proceso. Toda paralización contiene el germen de la extinción de la instancia, que puede llegar o no a producirse según se den o no las condiciones que la determinan (…)
El fundamento del instituto de la perención de la instancia reside en dos distintos motivos: de un lado, la presunta intención de las partes de abandonar el procesal, que se muestra en la omisión de todo acto de impulso (elemento subjetivo) y de otro, el interés público de evitar la pendencia indefinida de los procesos para ahorrar a los jueces deberes de cargo innecesarios. <> (…)
6. Interrupción. Para que se interrumpa la inactividad capaz de producir al año la perención, es menester un acto procesal, o acto de procedimiento inserido en el iter legal, que propenda al desarrollo del juicio; <> (…) No son actos de esta índole, según la doctrina de CHIOVENDA, los que no tienen influencia alguna inmediata en la relación procesal, aunque puedan estar dirigidos a su fin o influir en el resultado del proceso y por lo mismo puedan estar regulados por la ley procesal, vgr., petición de copias certificadas, otorgamiento de poder apud acta, solicitud del beneficio de justicia gratuita, actuaciones sobre medidas preventivas (…), ni actos no jurídicos realizados por los sujetos procesales, tales como las deducciones doctrinarias de las partes que procesalmente son innecesarias según el principio jura novis curia; ni en fin, los actos jurídicos realizados con motivo del proceso por personas que no son sujetos del proceso: actos de testigos, peritos, etc. (…)”
Establecido lo anterior, se hace necesario presentar ciertas consideraciones en relación al momento en que se consuma la perención de la instancia.

En este orden de ideas, se ha señalado que la perención de la instancia opera de pleno derecho, esto es, se verifica desde el momento en que se han cumplido los requisitos para su procedencia -transcurso de un año sin que medie acto de impulso procesal -, razón por la cual se ha reiterado que su declaratoria judicial sólo confirma lo que ya estaba consumado. En esta línea argumental se pronunció la Sala de Casación Civil del Tribunal Supremo de Justicia, en su sentencia Nº 03 de fecha 07 de marzo de 2002, en la cual dejó sentado:

“(…) Ahora bien, tanto la norma derogada como la vigente disponen que la perención se verifica de derecho, esto es: se consuma desde el momento en que han transcurrido los plazos previstos en la ley, y la declaratoria judicial sólo ratifica lo que virtualmente ya estaba consumado. En estos términos, se pronunció la Sala, entre otras, en sentencia de fecha 13 de mayo de 1980, en la cual dejó sentado:
“...nuestro derecho procesal sigue en materia de perención el sistema italiano; la perención, conforme al texto del artículo 203 del Código de Procedimiento Civil, se verifica de derecho, vale decir, ope legis, independientemente del requerimiento de la parte interesada y la consiguiente declaratoria judicial, la cual no vendría sino a ratificar lo que virtualmente estaba consumado, pues la perención opera desde el momento mismo en que ha transcurrido el término prescrito por la ley, ya que conforme a la enseñanza de la doctrina, existe aún con antelación a la solicitud de parte en hacerla valer...”. “(Resaltado y negrillas de la Sala).
Es claro, pues, que el ordenamiento jurídico venezolano acoge el sistema italiano respecto de la perención, de conformidad con el cual ésta opera de pleno derecho y, por tanto, se consuma por el sólo transcurso del tiempo previsto en la ley, y una vez declarada surte efectos no desde esa oportunidad, sino a partir del momento en que operó la perención, pronunciamiento este que sólo reafirma un hecho ya cumplido (…)


Las anteriores consideraciones cobran importancia en el presente caso, pues producida la inactividad de la parte actora por un lapso superior a un (01) mes contado a partir del tres (03) de agosto de 2.010, hasta la presente fecha, se evidencia la concretización de la perención de la instancia –de pleno derecho- y así se declara.

Como consecuencia de las circunstancias anteriormente expresadas y por cuanto la perención es de estricto orden público y debe ser declarada de oficio dada sus notas características de objetividad e irrenunciabilidad, resulta forzoso concluir que en la presente causa la perención de la instancia se consumó, de pleno derecho. Así se decide.
Por los razonamientos anteriormente expuestos, este Juzgado Cuarto de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil, Agrario y del Tránsito de la Circunscripción Judicial del Estado Anzoátegui, en nombre de la República Bolivariana de Venezuela y por autoridad de la Ley, declara LA PERENCION DE LA INSTANCIA, todo en el juicio por DAÑOS Y PERJUICIOS, presentada por el abogado en ejercicio OSWALDO ANTONIO CELTA TORRES, inscrito en el Inpreabogado bajo el No. 41.533, en su condición de apoderado judicial de los ciudadanos FELIPE CEDEÑO, JOAN REINA, CARLOS GONZALEZ, JUAN MONASTERIOS, RAFAEL GUEVARA, CARLOS RINCONES, JULIO RINCONES, RAIMUNDO BASTARDO, JOSE ARROYO, ALI DELGADO Y OSEALDO ALLEN, venezolanos, mayores de edad, titulares de la Cédulas de Identidad Nros. 4.043.305, 11.411.840, 8.335.731, 8.326.638, 3.802.717, 8.323.060, 4.499.520, 3.956.304, 5.513.648, 5.583.702 y 5.197.926, respectivamente, contra de la Empresa ASSA ORIENTE y Empresa General MOTORS DE VENEZUELA, C.A. No hay condenatoria en Costas, por la naturaleza especial del fallo.
Regístrese, publíquese y notifíquese. Archívese el expediente.
Dada, firmada y sellada en la sala de audiencias y despacho del Tribunal Tercero de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil, Agrario y de Tránsito de la Circunscripción Judicial del Estado Anzoátegui, En Barcelona, a los veintiséis (26) días del mes de Noviembre de dos mil Diez. Años: 200º de la Independencia y 151º de la Federación.-
La Juez Provisorio,

Abg. Adamay Payares Romero.

El Secretario,

Abg. Jairo Daniel Villarroel.