REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
PODER JUDICIAL
Juzgado Primero de Primera Instancia Agrario de la Circunscripción Judicial del Estado Anzoátegui
Barcelona, treinta y uno de julio de dos mil veintitrés
213º y 164º
ASUNTO: BP02-A-2023-000018
En aras de garantizar el Principio constitucional de Protección Agroalimentaria de la Nación establecidos en los artículos 305, 306 del Texto Constitucional, en base a ello este Juzgado Primero de Primera Instancia Agrario de la Circunscripción Judicial del Estado Anzoátegui, conforme a las atribuciones conferidas y señaladas anteriormente, procede a pronunciarse en relación a la Solicitud de MEDIDAS AUTOSATISFACTIVA DE PROTECCION A LA ACTIVIDAD AGRICOLA Y GANADERA, presentada por la abogada CARMEN QUIJADA ESTABA, inscrita en el Inpreabogado bajo el Nº 100.801, Defensora Pública Segunda en Materia Agraria del Estado Anzoátegui, adscrita a la Unidad de la Defensa Publica de Barcelona, del estado Anzoátegui, actuando por requerimiento del ciudadano PEDRO CELESTINO RUIZ, titular de la cedula de identidad Nº V-8.767.521, en contra de los ciudadanos NORELYS JOSEFINA LINARES y WILSON JOSE CARRILLO, venezolanos, mayores de edad, titulares de las cédulas de identidad Nros. V-17.714.481 y V-10.493.558, respectivamente. En tal sentido, se observa:
Señala la Defensora en su escrito de solicitud que el ciudadano PEDRO CELESTINO RUIZ, antes identificado, mantiene posesión en un área de terreno que consta de una superficie de TREINTA Y CUATRO HECTAREAS CON SEIS MIL SEISCIENTOS CUATRO METROS CUADRADOS (34 Has 6604 M2) desde hace cuarenta (40) años del denominado Fundo “CELESTINO”, ubicado en el Sector San Simón, Parroquia El Chaparro Municipio Mc-Gregor del estado Anzoátegui, cuyos linderos son los siguientes: NORTE: Terrenos ocupados por Rosa Vargas; SUR: Terreno ocupado por Pedro Armas; ESTE: Terrenos Baldíos; y OESTE: Terrenos ocupados por Yenny Moreno. Alega igualmente, que ocupa y mantiene un movimiento agrícola y ganadero efectivo, con ánimos de dueño, manteniendo una actividad agrícola vegetal constituida en esa superficie, dedicada específicamente a la actividad ganadera propiedad de su representada, así se desprende del documento de Registro de hierro, que lo acredita como dueño del rebaño que se encuentra pastando en la parcela, cuya actividad es de doble propósito. Igualmente indica que su actividad ganadera está constituida por sesenta y cinco (65) animales representando esta actividad un trabajo efectivo en campo. Desde que se incorporó en el predio ha venido realizando actividades de limpieza, desmatono, levantamiento de líneas internas y cercado perimetral, de igual manera ya existe un área de siete (07) sembradas de maíz, doce (12) pasto tipo guinea, mombaza, una vez cosechada la siembra de maíz servirá para el alimento de los semovientes existentes en el predio, señala la defensora igualmente, que el ganado de su representado se encuentra en los actuales momentos en el Predio denominado NAHOMI, de Ismael Ruiz predio contiguo, donde se pueden observar los semovientes y han sido trasladados hasta ese predio para poder recuperar los potreros del predio objeto de la presente solicitud con la siembra de maíz, para el fortalecimiento de los suelos, puedan tener los animales donde pastar, todo este trabajo se viene realizando para el mejor desarrollo del predio, que comporta un gasto de dinero, esfuerzo, sacrificio y del sudor de la frente de su representado. Pero es el caso que los ciudadanos NORELYS JOSEFINA LINARES y WILSON JOSE CARRILLO, venezolanos, mayores de edad, titulares de las cédulas de identidad, Nros. V-17.714.481 y V-10.493.558, respectivamente; estos ciudadanos en fechas recientes iniciaron actos, que van en detrimento de las actividades allí realizadas, ya que están obstaculizando y colocando en riesgo las mismas con actos tales como: en relación al ciudadano JOSE CARRILLO, está introduciendo el ganado de éste en el predio “CELESTINO”, estos animales pisan la siembra del predio y es una amenaza porque hay que estar pendiente que no se coman los cultivos de maíz que están sembrados, por otro lado la ciudadana NORELYS LINARES, está igualmente obstaculizando en las áreas donde su representado está trabajando, con maquinaria realizando el rastreo, esta ciudadana se introduce y amenaza con paralizar las actividades, situación que mantiene en zozobra a su representado, donde ocasiona pérdidas a su representado, que no permite la utilización de la maquinaria que es una inversión en este predio la cual ha realizado para poder hacer producir la tierra como su medio de sustento, ha invertido tiempo en acondicionar las tierras y dinero como por ejemplo la compra de alambres de púa, para asegurar mantener y levantar las líneas y cercas perimetrales de los potreros, causando un daño y menoscabo a la actividad, ocasionando paralización de las actividades del predio denominado “CELESTINO”, lo que mantiene en zozobra al ciudadano PEDRO CELESTINO RUIZ, ya que desde que fue adjudicado por el Instituto Nacional de Tierras (INTI) había venido trabajando de manera pacífica, pero ahora por las constantes amenazas a la actividad, no puede darle el uso correspondiente, para su sustento y venta de los rubros allí sembrados y que deberán ser cosechados en beneficio del sector. Asimismo, se dirige ante este Juzgado con el fin solicitar una Medida Autosatisfactiva a la Producción Agrícola y Ganadera, en el Predio “CELESTINO” en la superficie previamente señalada por cuanto se encuentra en un riesgo inminente la unidad de producción que mantiene su representado
En éste sentido, quien aquí decide estima necesario realizar algunas observaciones doctrinarias acerca de esta institución procesal correspondiente al Derecho Agrario social-humanista y progresista, vale decir, la continuidad de la producción agrícola, basada ésta, en la nueva filosofía del derecho agrario venezolano, en el que la tierra y la propiedad no son privilegios de unos pocos, sino que están al servicio de toda la población, dentro de los valores de solidaridad e igualdad de oportunidades, es por esta razón que tiene su piedra angular fundamentada en tres conceptos básicos, los cuales se encuentran enmarcados dentro de la de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela en los artículos 304, 305, 306 y 307, e igualmente en el artículo 2 de la Ley de Tierras y Desarrollo Agrario, relativos al desarrollo rural, integral y sustentable, conceptualizado éste como el medio fundamental para el desarrollo humano y crecimiento económico del Sector Agrario, dentro de una justa distribución de la riqueza y una planificación estratégica, democrática y participativa, eliminando el latifundio como sistema contrario a la justicia, al interés general y a la paz social en el campo, asegurando como objetivo principal la biodiversidad, la seguridad agroalimentaria y la vigencia efectiva de los derechos de protección ambiental y seguridad agroalimentaria de las presentes y futuras generaciones; todos plasmados y contenidos de forma expresa en el artículo 1° de la referida ley procesal especial adjetiva.
Resulta importante destacar que la continuidad de la producción agroalimentaria o su interrupción, impone a los jueces agrarios el deber de garantizar la culminación del ciclo biológico productivo, protegiendo así el proceso agroalimentario que se encuentra indisolublemente unido al interés social y colectivo.
Así pues, el procedimiento cautelar agrario, a diferencia del procedimiento ordinario, contempla la posibilidad que el juez agrario pueda dictar oficiosamente medidas cautelares provisionales orientadas a proteger el interés colectivo. Estas medidas tienen por objeto la protección de los derechos del productor rural, de los bienes agropecuarios, la unidad pública de las materias agrarias; así como también, la protección del interés general de la actividad agraria, cuando considere que exista una amenaza a la continuidad del proceso agroalimentario o se ponga en peligro los recursos naturales renovables.
Es así como, el artículo 152, en consonancia con el artículo 196 de la Ley de Tierras y Desarrollo Agrario, faculta al Juez Agrario para decretar medidas preventivas, tendientes a velar por el cumplimiento de las causales que establece el mencionado artículo, imponiendo órdenes de hacer o no hacer a los particulares y a los entes estatales agrarios, todo esto en atención a sus funciones y competencias atribuidas en la Ley de Tierras y Desarrollo Agrario, siendo garantes de la Seguridad y Soberanía Agroalimentaria de la Nación y, así como la auto sustentabilidad de los pueblos. Dichas facultades están plasmadas de la siguiente manera:
Artículo 152: “En todo estado y grado del proceso, el juez competente para conocer de las acciones agrarias, de las demandas patrimoniales contra los entes estatales agrarios y de los recursos contenciosos administrativos agrarios velará por:
1.- La continuidad de la producción agroalimentaria.
2. La protección del principio socialista según el cual la tierra es para quien la trabaja.
3.- La continuidad en el entorno agrario de los servicios públicos.
4.- La conservación de los recursos naturales y el medio ambiente
5.- El mantenimiento de la biodiversidad.-
6.- La conservación de la infraestructura productiva del estado.
7.- La cesación de actos y hechos que puedan perjudicar el interés social y colectivo
8.- El establecimiento de condiciones favorables al entorno social e intereses colectivos.
A tales efectos, dictará de oficio, las medidas preventivas que resulten adecuadas a la situación fáctica concreta y conforme al supuesto de hecho de la norma que le sirva de fundamento contenida en la presente ley, imponiendo ordenes de hacer o no hacer a los particulares y a los entes estatales agrarios, según corresponda.”.-
De la norma anteriormente transcrita, se concluye que se trata de un poder extraordinario que concede la ley especial al juez agrario, y por lo tanto, de aplicación restringida, vale decir, que los supuestos allí establecidos no se pueden aplicar analógicamente a circunstancias semejantes, dado que la enumeración es taxativa y está inspirada en razones de interés público, por lo que no podrán ser dispuestas en consideración al interés privado o particular de una de las partes en un juicio.
En atención a lo anteriormente expuesto, resulta importante para éste Juzgador verificar y analizar la naturaleza jurídica de la cautela innominada de protección prevista y sancionada en el artículo 196 de la Ley de Tierras y Desarrollo Agrario, en concordancia con el artículo 243 ejusdem, ello en virtud de considerar que la misma, versa sobre materia de eminente orden público procesal agrario.
Por otra parte el artículo 196 de Ley de Tierras y Desarrollo Agrario, establece lo siguiente:
“El juez agrario debe velar por el mantenimiento de la seguridad agroalimentaria de la nación y el aseguramiento de la biodiversidad y la protección ambiental. En tal sentido, el juez agrario, exista o no juicio, deberá dictar oficiosamente las medidas pertinentes a objeto de asegurar la no interrupción de la producción agraria y la preservación de los recursos naturales, haciendo cesar cualquier amenaza de paralización, ruina, desmejoramiento o destrucción. Dichas medidas serán vinculantes para todas las autoridades públicas, en acatamiento del principio constitucional de seguridad y soberanía nacional.”.-
En razón de lo anteriormente reseñado, se evidencia la amplia facultad del Juez Agrario, para dictar a solicitud de parte o de oficio, medidas tendentes a la protección de los derechos del productor rural, los bienes agropecuarios, la utilidad pública de las materias agrarias, el interés general de esa actividad, el proceso agroalimentario y los recursos naturales renovables. Asimismo, se interpreta que el legislador le otorgó bastas facultades, con el propósito de garantizar la seguridad agroalimentaria, de la protección ambiental y biodiversidad. Con la inclusión de estas medidas autónomas en nuestro sistema legal, aunque en nuestro caso, el desarrollo de esta ha sido mayormente jurisprudencial, donde se ubica a Venezuela dentro de los países pioneros en Latinoamérica, en la inclusión y aplicación de este tipo de procedimiento, basado en técnicas modernas y ajustadas a la solución de los conflictos de la materia agraria.
Ahora bien, ésta facultad de los jueces agrarios requiere un pronunciamiento, el cual debe ser razonado y fundamentado tanto en los supuestos de hecho como en los principios de derecho; de manera que estamos frente a una sentencia o fallo de fondo. En éste sentido, el Juez debe seguir las reglas generales de derecho, motivar y razonar su fallo, lo que corresponde a la definición nominal de éste novísimo instituto procesal que empieza a dar sus pasos dentro de las normativa legal venezolana, así como los requisitos esenciales para la procedibilidad del decreto de medidas autónoma, de acuerdo a la Doctrina Argentina, utilizando para el caso en concreto el derecho comparado, esto por no contar con un procedimiento regulado por nuestra legislación.
La doctrina especializada que ha tratado el presente tema, ha dejado sentado que las Medidas Autónomas se conceptualizan de la forma siguiente: Considera el autor Argentino Oswaldo Ontiveros, que las medidas Autosatisfactivas, también llamadas medidas de efectividad inmediata, se podrían definir como aquellas soluciones jurisdiccionales urgentes, autónomas, despachables, in audita altera pars y mediando una fuerte probabilidad de que los planteamientos formulados sean atendibles. Constituyen un requerimiento urgente que se agota con su despacho favorable, siendo innecesario iniciar una ulterior acción principal para evitar su caducidad o decaimiento. Estas medidas provocan la satisfacción definitiva del interés del actor (“La Obligación Legal del Artículo 68 de la Ley Nº 24.449 y las Medidas Autosatisfactivas – 2002). El referido autor continua enunciando que, a diferencia de una medida cautelar, la medidas Autosatisfactivas, no son accesorias a un proceso principal, ni están orientadas a resguardar la efectividad de una sentencia futura; por el contrario, el decreto de esta medida persigue que el juez emita un juicio de valor, casi siempre, in limine, sobre el fondo de la pretensión hecha valer, cuando por la singularidad del objeto de la pretensión, resulte la necesidad inminente de satisfacer al pretensor y así evitar la frustración definitiva de su derecho.
De un análisis en concreto de lo establecido anteriormente, se puede inferir que las Medidas Autónomas son de requerimiento urgente, formulado al Órgano Jurisdiccional por los justiciables. Dicha medida se agota con su despacho favorable, sin ser necesaria la iniciación de una ulterior acción principal para evitar su caducidad o decaimiento. Se trata pues, de medidas que se determinan, al margen de la tutela judicial clásica, por la satisfacción definitiva y única de la pretensión.
Precisado lo anterior, estima necesario éste sentenciador transcribir la inspección judicial practicada sobre el lote de terreno denominado Fundo “CELESTINO”, ubicado en el Sector San Simón, Parroquia El Chaparro, Municipio Mc-Gregor del Estado Anzoátegui, realizada por éste Tribunal en fecha once (11) de julio del presente año, a saber:
“En horas de despacho del día martes once (11) de julio del año dos mil veintitrés (2023) siendo las once y cincuenta de la mañana (11:50am) día y hora fijadas por este Juzgado para que se lleve a cabo la inspección judicial ordenada en la presente causa por Medida Autónoma de Protección a la actividad Agraria, presentada por el ciudadano Pedro Celestino Ruiz, titular de la cedula de identidad Nº V-8.767.521, representado por la Abogada Carmen Quijada, inscrita en el Inpreabogado bajo el N° 100.801, actuando en su condición de Defensora Publica Segunda en Materia Agraria del estado Anzoátegui; en contra de los ciudadanos Norelys Josefina Linares y Wilson José Carrillo, venezolanos, mayores de edad, titulares de las cédulas de identidad Nros. V-17.714.481 y V-10.493.558, se trasladó y constituyó este Juzgado al predio denominado “Celestino” ubicado en el Sector San Simón, Parroquia El Chaparro, Municipio Mac-Gregor del Estado Anzoátegui. Seguidamente, se deja constancia que se encuentra presente el ciudadano Pedro Celestino Ruiz, titular de la cedula Nº V- 8.767.521 , debidamente representado por la Abogada Carmen Quijada, inscrita en el Inpreabogado bajo el Nº 100.801, en su condición de Defensora Pública Segunda en Materia Agraria. Seguidamente, el Tribunal designa a la ciudadana Yusbely Barraez, titular de la cedula de identidad Nº V- 21.041.827, en su condición de Ingeniera Agrónomo, adscrita al Instituto Nacional de Tierras (INTI) del estado Anzoátegui, como experta a los fines de prestar la asesoría Técnica necesaria para la realización del presente acto, y quien estando presente acepta el cargo al cual fue designada y jura cumplir fiel inherentemente con las obligaciones del mismo. Acto seguido el Tribunal procede a realizar un recorrido por el lote de terreno denominado “Celestino”, pudiendo observar la existencia de una (01) siembra de Maíz cuya superficie será determinada por la experta designada en el informe técnico que a tal efecto se le ordena realizar para que forme parte integral de la presente inspección. Igualmente, el Tribunal pudo observar que el solicitante posee un (01) rebaño de ganado bovino de aproximadamente setenta y dos (72) reses con el cual desarrolla actividad agrícola ganadera de doble propósito, resguardadas en un lote de terreno colindante al que ocupa, adjudicado al ciudadano Ismael Ruiz, titular de cedula de identidad Nº V- 8.420.863, denominado “Nahomi”, debido a la siembre existente en la superficie a él adjudicada. Finalmente, el Tribunal deja constancia por así haberlo observado de la existencia de Pasto sembrados en la totalidad de la superficie adjudicada al solicitante. No habiendo a que mas hacer referencia el Tribunal concede un lapso de cinco (05) días hábiles, a los fines de que la experta designada consigne el informe correspondiente, dando así por concluida el presente acto y ordenando su regreso a su sede natural siendo las doce y cincuenta minutos de la tarde (12:50 pm). Es todo, se terminó, se leyó y conformes firman…” (Cursivas del Tribunal).
Igualmente, corre inserto a los autos Informe técnico elaborado por la ciudadana YUSBELY BARRAEZ, titular de la cedula de identidad Nº V-21.041.827, de profesión Ingeniera Agrónoma, adscrita al Instituto Nacional de Tierras (INTI) del estado Anzoátegui, del cual se puede apreciar lo siguiente:
“…Durante el recorrido se pudo observar que el adjudicatario tiene un movimiento agrícola con 45,9642% de pasto (Guines) y 34,0734% de maíz amarillo dando u n total de 80% en producción agrícola (…)… En relación a la actividad agrícola animal desarrollada es la ganadería de uso de doble propósito (Leche y Carne)…
…Que el Señor Pedro celestino Ruíz C.I.: 8.767.521, cuenta con un Registro Simple, aprobado en Sesión ORD N° 1418-22 de fecha 22 de noviembre de 2022, por una superficie poligonal de 34 has con 6604 m2…”.-
Para los órganos de justicia, debe ser una prioridad proteger e impulsar la soberanía integral y la seguridad de la producción de alimentos en el país, así como tiene el mismo orden de importancia la preservación del medio ambiente, los recursos naturales renovables, y la biodiversidad; prioridades que se derivan de propósitos constitucionales que justifica el nuevo orden jurídico humanista socialista, fundamentado en el pensamiento bolivariano y como consecuencia aplica el sistema de justicia venezolano a través de las decisiones de sus órganos jurisdiccionales. La preeminencia del ser humano en un Estado social de derecho y de justicia impulsa la aplicación de las leyes y de criterios que en materia agraria afianzan las bases para el desarrollo social integral y sustentable. Considerando lo anteriormente expuesto es importante traer a colación el criterio de la Sala Constitucional explanado en la sentencia de fecha 29 de julio 2013, Expediente N° 13-0516 caso: Román Carrillo Montero y otros, en la cual la Sala expresa:(Omissis)“…en materia de medidas cautelares autónomas de protección -artículo 196 de la Ley de Tierras y Desarrollo Agrario- la existencia de actos administrativos de los entes agrarios -en este caso el acto administrativo contentivo de CARTA AGRARIA dictado por el Instituto Nacional de Tierras, en reunión 24-03, de fecha dos (02) de octubre de 2003, sobre un lote de terreno denominado ‘SANTA INES’ con una superficie de novecientas ochenta y seis hectáreas (986 HAS)- constituyen elementos de convicción a ser considerados por el juez de primera instancia agraria competente para resolver las controversias entre particulares, relacionadas con la actividad agraria y particularmente el aseguramiento de la producción agrícola y la preservación de los recursos naturales. En ese sentido, la naturaleza cautelar -temporal- de tales medidas -en este caso dos años a partir de la publicación del fallo- aunado a la concepción propia del sistema jurídico institucional que informa el Derecho Agrario, en el cual las instituciones de naturaleza adjetiva o procedimental deben ser objeto de una interpretación que permita no sólo garantizar los derechos e intereses del presunto agraviado -de ser procedente- sino teniendo en consideración que la competencia agraria, debe procurar mantener la vigencia del Texto Constitucional, particularmente todo lo previsto en los artículos 305, 306 y 307 eiusdem, y como órganos jurisdiccionales especializados, están en capacidad de atender con criterios técnicos, las necesidades sociales o los intereses particulares frente a las actividades u omisiones de la Administración o de terceros, tomando en consideración el interés general de asentar las bases del desarrollo rural integral y sustentable, asegurando la vigencia efectiva de los derechos de protección ambiental y agroalimentario de la presente y futuras generaciones (Cfr. Sentencia de esta Sala N° 1.115/11).-
En este mismo orden de ideas plantea los artículos 1, 4 y 5 del Decreto 6.071 (Extraordinario 5.889 de la Gaceta Oficial, 31 de Julio de 2008) de la Ley Orgánica de Seguridad y Soberanía Agroalimentaria lo siguiente: Artículo 1º.El presente Decreto con Rango, Valor y Fuerza de Ley Orgánica tiene por objeto garantizar la seguridad y soberanía agroalimentaria, en concordancia con los lineamientos, principios y fines constitucionales y legales en materia de seguridad y defensa integral de la Nación, sin perjuicio de las disposiciones contenidas en la ley que regula las tierras y el desarrollo agrario. Artículo 4. La soberanía agroalimentaria es el derecho inalienable de una nación a definir y desarrollar políticas agrarias y alimentarías apropiadas a sus circunstancias específicas, a partir de la producción local y nacional, respetando la conservación de la biodiversidad productiva y cultural, así como la capacidad de autoabastecimiento priorizado, garantizando el acceso oportuno y suficiente de alimentos a toda la población. (Negrillas y cursivas del tribunal). Artículo 5.La seguridad agroalimentaria es la capacidad efectiva que tiene el Estado, en corresponsabilidad con el sector agroalimentario nacional, para garantizar a toda la población, la disponibilidad, acceso, intercambio y distribución equitativa de los alimentos de manera estable, que aseguren las condiciones físicas y emocionales adecuadas para el desarrollo humano integral y sustentable, considerando el intercambio, la complementariedad y la integración económica entre los pueblos y naciones como elemento esencial que garantiza el derecho a la alimentación.(Negrillas y cursivas del Tribunal). La mencionada Ley dictada con fundamento a enmarcar la producción, procesamiento y distribución de alimentos como materia de seguridad y defensa del Estado venezolano, establecen las principales normas referidas al abastecimiento oportuno y acceso a los alimentos por parte de la población. La disponibilidad de alimentos lo plantea la Ley como las condiciones en las cuales las ciudadanas y los ciudadanos podrán acceder de manera constante a alimentos de calidad y en cantidad suficientes. La doctrina en materia agraria y constitucional tiene asentado el siguiente criterio: “Dentro de las acciones tendentes a garantizar dicha soberanía encontramos la producción de la agricultura como fuente fundamental de alimentos. La misma debe estar vinculada al efectivo cumplimiento de la función social agroalimentaria que conlleva a un desarrollo rural sustentable. Por su parte, los distintos foros mundiales sobre soberanía alimentaría, demuestran la necesidad de los Estados de adecuar políticas de producción sustentables. En consecuencia, el Derecho agrario juega un papel preponderante en dicha política. Aunado a eso, la erradicación del hambre y la pobreza deben ser atacadas con la soberanía alimentaría a través de la afectación de las tierras de uso agrario para el desarrollo agroalimentario, tal como lo prevé la propia Ley de Tierras y Desarrollo Agrario. (…)” (APROXIMACIÓN A UN NUEVO CONCEPTO DE DERECHO AGRARIO EN VENEZUELA. Katherine Beltrán Zerpa. Gladys Mata Marcano. Johbing Álvarez.) (Cursivas y Negrillas del Tribunal) De ello resulta que, en efecto, la jurisdicción especial agraria es la llamada a amparar los principios constitucionales previstos en los artículos 2, 26, 49, 305 y 307 y que el legislador concentró en el artículo 1 de la Ley de Tierras y Desarrollo Agrario, como la consolidación de los mismos dentro de un estado democrático, social de derecho y de justicia, en la búsqueda de la profundización de los valores constitucionales de desarrollo sustentable, inherentes a la seguridad agroalimentaria y a la justa disponibilidad suficiente de alimentos de calidad, distribución de la riqueza y planificación estratégica, democrática y participativa; así como la mejora de la calidad de vida de la población campesina, y el logro de un desarrollo armónico y viable en el contexto de la justicia social que toda actividad agraria persigue. En tal sentido, la Sala Constitucional del Máximo tribunal patrio, no deja de advertir que, en base a esa protección a la seguridad alimentaría, de la que emerge la protección constitucional a la producción agropecuaria interna, se observan diferencias sustanciales entre la posesión o propiedad civil, -que es la que persiguen proteger las normas penales sustantivas comentadas- y la posesión agraria en el marco de la protección constitucional y legal, puesto que la posesión agraria se conforma con el principio de preeminencia del desarrollo de la actividad social sobre la particular. Es decir, por encima de los derechos particulares, se sobreponen los derechos que emergen del uso del bien destinado a la producción de alimentos o rubros útiles para el consumo humano, que permitan satisfacer las necesidades agroalimentarias tanto de quien la produce o trabaja como de su entorno familiar o colectivo.
Ahora bien, de acuerdo a lo observado por éste Juzgador en la Inspección Judicial realizada en fecha once (11) julio del presente año, así como en el informe técnico presentado, es evidente que la principal actividad agro productiva desarrollada en el lote de terreno denominado Fundo “CELESTINO”, consistente en la actividad agrícola animal con doble propósito, así como también la existencia de una siembra de diferentes rubros, resultando primordial que sea tutelado por este Organismo de Justicia dichas actividades, ya que se constató igualmente, que en dicho fundo existen actos perturbatorios que amenazan con paralizar, desmejorar o deteriorar la actividad agroproductiva allí realizada, creando la necesidad de dictar una Medida de Protección Autosatisfactiva de la Actividad Agroalimentaria, con lo cual se protege ese particular proceso agropecuario que se encuentra indisolublemente unido al interés social, y en consecuencia, proteger la seguridad y soberanía agroalimentaria de la Nación.- Así se declara
Por todo lo antes expuesto, éste Juzgado Primero de Primera Instancia Agrario de la Circunscripción Judicial del Estado Anzoátegui, en uso de las facultades legales otorgadas en el artículo 196 de la Ley de Tierras y Desarrollo Agrario, en concordancia con lo establecido en el artículo 305 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, decreta MEDIDA AUTONOMA DE PROTECCIÓN A LA ACTIVIDAD AGRÍCOLA Y GANADERA, sobre las actividades agrarias directas que viene desarrollando le ciudadano PEDRO CELESTINO RUIZ, titular de la cedula de identidad Nº V-8.767.521, en el predio denominado “CELESTINO”, ubicado en el Sector San Simón, Parroquia El Chaparro Municipio Mc-Gregor del Estado Anzoátegui, cuyos linderos son los siguientes: NORTE: Terrenos ocupados por Rosa Vargas; SUR: Terreno ocupado por Pedro Armas; ESTE: Terrenos Baldíos; y OESTE: Terrenos ocupados por Yenny Moreno; conformado por una superficie de TREINTA Y CUATRO HECTAREAS CON SEIS MIL SEISCIENTOS CUATRO METROS CUADRADOS (34 Has 6604 M2); y en consecuencia se ordena a los ciudadanos NORELYS JOSEFINA LINARES y WILSON JOSE CARRILLO, venezolanos, mayores de edad, titulares de las cédulas de identidad Nros. V-17.714.481 y V-10.493.558, respectivamente, y/o a cualquier persona natural o jurídica, abstenerse de impedir la realización de la actividad agrícola pecuaria que viene realizando la ciudadana PEDRO CELESTINO RUIZ, antes identificado en el predio denominado “CELESTINO”, para preservar la producción agrícola ganadera y la posterior salida al mercado de los productos que de la misma se deriven, para el consumo de los integrantes de la comunidad del sector y sus adyacencias, así como de todos los venezolanos según sea el caso.- En ese sentido se ordena cesar de manera inmediata cualquier actuación de perturbación, amenaza de paralización, ruina, desmejoramiento o destrucción de las actividades agrícolas desarrolladas por el solicitante en el fundo en cuestión, y específicamente, se permita la libre circulación y pastoreo de los animales (bovino) con los cuales los solicitantes realizan su actividad agrícola.- Así se decide
Asimismo se ordena notificar de la presente Medida a los ciudadanos NORELYS JOSEFINA LINARES y WILSON JOSE CARRILLO, venezolanos, mayores de edad, titulares de las cédulas de identidad Nros. V-17.714.481 y V-10.493.558, respectivamente, con el objeto de imponerla de la medida aquí decretada para su cabal cumplimiento. Igualmente, en aras garantizar el fiel cumplimiento a los principios y garantías constitucionales referidos al derecho a la defensa y el debido proceso, se ordena notificar a los referidos ciudadanos para que comparezcan por ante éste Juzgado dentro de los Tres (03) días de despacho siguientes a la constancia en autos de la ultima notificación que de ellos se haga, a fin de que expongan las razones o fundamentos que tuvieren que alegar en relación a la presente medida.-
La vigencia de la medida ut supra decretada será de doce (12) meses, esto tomando en cuenta la actividad ganadera que se desarrolla en el predio denominado “CELESTINO”, ya identificado, contados a partir de la publicación de la presente providencia.
Se ordena notificar lo conducente mediante oficio al Comando de la Guardia Nacional Bolivariana, Destacamento Nº 815, 2da compañía, ubicada en la Parroquia Aragua de Barcelona, Municipio Aragua del estado Anzoátegui, a la coordinación Regional del Instituto Nacional de Tierras (INTI) estado Anzoátegui, a la Policía del Estado Anzoátegui ubicada en la Parroquia El Chaparro, Municipio Mac-Gregor, al Instituto Nacional de Tierras (INTI) sede Central-Caracas y a la Fiscalía Superior del Estado Anzoátegui a los fines de participarle de la Medida Decretada conforme a los previsiones contenida en el articulo 21 del Código de Procedimiento Civil en concordancia con lo establecido en el numero 5 del articulo 42 de la ley Orgánica de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, y que dicha medida es vinculante para todas las autoridades públicas en acatamiento del principio Constitucional de Seguridad y Soberanía Nacional, ya que su incumplimiento pudiera ser considerado como desacato a la orden impartida por éste Juzgado. Líbrese boleta de notificación y oficios correspondientes. Cúmplase.
El Juez Provisorio,
Abg. José Alberto Figuera Leyba
La Secretaria,
Abg. Johanna Rondón Paruta
JFL/alrr.-
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